AY MI MADRE

Por lo general esta frase la profieren los varones de la casa llámense padres o hijos, cuando se acerca el
día de las madres al pensar que deben meter la mano al drill para adquirir y llevar algún obsequio a la
consorte, o a la autora de sus días, especialmente en las actuales circunstancias. Veamos entonces un
poquito de historia sobre este día que nació con espíritu altruista, pero que los fenicios de ahora lo han
hecho un día comercial.

Los antiguos griegos rendían la costumbre de rendir homenaje a Rea la madre de los dioses Zeus, Poseidón
y Hades, y Luego los romanos copiaron esta costumbre celebrándola el 15 de marzo en el templo de
Cibeles. Con la llegada del cristianismo esa celebración se transformó en homenaje a la virgen María, que
en épocas pasadas tenía un sentido profundamente religioso, y hoy más bien una celebración
aprovechada por él comercio.

El carácter contemporáneo de esta celebración se debe a la poeta y activista norteamericana Julia Ward
Howe, quien en 1965 organizó manifestaciones pacíficas en Boston con la participaron de las madres de
las víctimas de la guerra de secesión. Posteriormente el 12 de mayo de 1905 fallece Ann Jarvis, y su hija
Anna, conmemorando su despedida a la eternidad, organizó la celebración del día de la madre el segundo
domingo de mayo cada año, emprendiendo luego una campaña en 1907 con el fin de instituir una
celebración en reconocimiento a las madres y a su trascendente papel en la sociedad, lográndolo
finalmente en 1914 cuando el presidente Woodrow Wilson hizo oficial dicho reconocimiento.

La fecha cambia según los países, así por ejemplo en nuestro continente hispanoamericano México,
Guatemala y el Salvador la celebran en mayo 10. Venezuela incluyendo a los reinosos y 31 países más el
segundo domingo de mayo, y que curioso, en el norte de Santander colombiano con 6 naciones más, se
celebra el 31 de este mes.

El origen de esta celebración en Venezuela se remonta a 1921, cuando en Valencia el 24 de mayo el Dr.
Jesús María Aracy Smith, presidente de la ONG llamada “Caridad y concordia”; logró que el consejo
municipal valenciano instituyera un día para el reconocimiento de las madres: La madre natural, la madre
de dios, y la madre patria. Este ejemplo fue seguido por 28 consejos municipales más, hasta que en 1924
una ley del congreso nacional decretó que este día fuera un día de celebración nacional como homenaje
a nuestras madres.

Ahora bien; ¿Qué pasa con las madres venezolanas?, La inmensa mayoría son tiernas pero exigentes, lo
que me hace recordar al humorista colombiano Andrés López que hace un jocoso sketch sobre la
diferencia de las madres de principios y mediados del siglo XX y las actuales, exaltando la fuerza de
carácter de las de antes, comparándola con la permisividad o más bien alcahuetería de las de ahora, lo
que conspira con la necesaria puntualidad y disciplina, que están prácticamente abandonadas en estos
tiempos postmodernos.

Valientes como tigras en la defensa de sus hijos, y aunque tradicionalmente la familia venezolana se basa
eufemísticamente en un modelo patriarcal, son nuestras mujeres quienes por lo general administran el
hogar conformando un sistema atípico matricéntrico, porque ante la proverbial irresponsabilidad del
“macho venezolano”, son ellas las que asumen los dos roles echando adelante el núcleo familiar,
afortunadamente contando con la colaboración de las abuelas, y más aún las de ahora con más afán,
jugando importante papel en esta época ,cuando las madres han de salir a trabajar afuera para contribuir
con el mantenimiento del hogar, porque muchas son las únicas sostén del hogar.

En consecuencia, la realidad actual ha cimentado el liderazgo en nuestras mujeres que están demostrando
su experticia y voluntad férrea, saliendo airosas en el manejo en esta situación crítica nacional durante
estas 2 décadas, muchas de ellas todavía llorando por la pérdida de sus hijos a causa de la violencia del
régimen, o de la delincuencia, a lo que se le suma la separación familiar porque son los jóvenes quienes
por lo general constituyen el grueso de la diáspora, provocando a su vez en padres y abuelos el llamado
síndrome del nido vacío.

A todo lo descrito se le suma la angustia cotidiana ante la posibilidad de que un miembro familiar enferme,
sabiendo la crítica situación sanitario-asistencial, agravada por el precario poder adquisitivo que no
permite obtener ni siquiera una buena alimentación en los grupos más vulnerables como son los niños y
los abuelos, y menos adquirir los medicamentos, o peor ante la aparición de la necesidad de una
intervención quirúrgica o tratamiento antineoplásico. En fin, todo un Karma criollo coincidente con la
salida del sol todos los días.

Vaya mi afecto y profunda admiración para todas nuestras madres desde las más humildes hasta las de
mayor preparación académica, porque en ellas está el germen de la libertad que quebrará los pies de
barro de este régimen inhumano y esclavista, que ha sido la mayor desgracia de esta tierra de gracia quizá
desde los desastrosos tiempos de las guerras de independencia y federal. Igualmente aprovecho para
enviar mi felicitación para ese maravilloso grupo del personal de enfermería nuestro, que al lado del
personal médico lucha codo a codo sin desmayar, a pesar de las tremendas limitaciones que la
irresponsabilidad del régimen mantiene en la inopia al sector salud.

COLOFÓN: “Dios no podía estar en todas partes, por eso creó a las madres”. Rudyard Kipling nacido en
Bombay, India. Premio nobel de literatura en 1907. Autor del “Libro de la selva y del hermoso poema “IF”
( este último traducido al castellano en 1985), que les recomiendo lean a sus consortes y madres mañana
día de la madre.

Sábado 13 de mayo del 2023.